21 de julio de 2010

Los pingüinos



Los libros, para mi, tienen un significado diferente que al del resto.

Por ejemplo, cuando alguien me recomienda un libro, inmediatamente lo catalogo de medianamente malo, porque?, pues porque no se realmente los gustos literarios de la persona en cuestión que me lo está recomendando, pues es una pregunta muy compleja la de “cual es el mejor libro que existe?”… Entonces, como es que tengo, yo, libros favoritos? Pues porque, me los prestan, regalan y/o robo (así es, no es delito robar libros ni pan, a menos que los selecciones).

El primer libro que cayo en mis manos debido a estas “mañas” fueron los 4 volúmenes del quijote de la mancha, y fue gracias a mi aburrimiento y asqueosidad de haber leído unas paginas de juventud en éxtasis. Este compendio me lo robe del librero repleto de libros viejos de mi abuelita, que años mas tarde caerían con el terremoto y todos se perderían (menos el que me robe, por eso es bueno robar libros).

Este libro no solo es bueno, sino que me trae pubertes e impíos recuerdos, pues, yo creía que estaba leyendo algo prohibido.

Años mas tarde, como pasa en las películas, estaba en la sala de espera de un hospital, esperando a que le despedazaran la nariz a mi hermana, y su doctor (hasta ese entonces era su doctor, compañero de facultad y años mas tarde mi hermano) me dijo, toma este libro, seguro te entretienes… ho gran error, devoré el libro en cuestión a base de frustración, porque no podía entender el proceso, del PROCESO, de Kafka, el libro también me lo adueñé.

Otros libros me regalaron, otros mas me los prestaron y nunca regresaron (esto no es robar, es préstamo indefinido). Hasta que me encontré con alguien fanática de la lectura y que practicamos una serie de intercambio de libros, muy de ella y muy míos, obras de teatro, cuentos, cuentos inventados (eso pensamos aunque no lo dijimos).

Cierta vez, una noche de octubre, la última noche de octubre de aquel año impar, estábamos los dos solos en su apartamento (una disputa eterna sobre si era apartamento o departamento), los planes los había arruinado esa pequeña llovizna que había mojado aquellas onduladas calles del bajío, entonces, en su habitación, intercambiamos libros, el mio, venia en un sobre con otras 4 cosas (ya les contaré al respecto). La idea, es que los que me dio ella, uno venía envuelto en papel… creo que plateado, estábamos en su cuarto y lo mas que pude hacer, como todo buen caballero, fue esconder la foto de ella con su novio.

[…] Guarde el libro envuelto en mi, entonces, mochila, y me preguntó si no lo iba a abrir, y le dije que no, que ese era para después y entonces me dijo, te cambio ese libro (envuelto) por este otro… Lo tome en mis manos y pregunte si estaba 100% segura de lo que iba a hacer, el libro era viejo, estaba protegido por una pasta de plástico y con las ultimas hojas desojadas medio amarillento (que mas se puede pedir en un libro, bueno, dinero en el, pero aparte de eso, ese era un buen libro). Ya que acepté me pregunto que si estaba seguro y así duro una pequeña, pero armoniosa, discusión. Al final me quede con ambos libros, uno envuelto dentro de mi mochila y el otro, los pasos de Lopez.

Horas mas tarde y debido a los gritos de los infantes (infames) por las calles, tuve que devorarme el libro (eso súmenle que el hotel estaba medio tétrico, era noche de brujas –o de muertos, no sé- y es una ciudad vecina de donde el santo le propinaba a las momias y los hombres lobo y vampiros (cuando los vampiros eran malos y no una panda de maricas con brillantina acrepusculados) y más cosas malas que salían el día de muertos o por esas fechas) y gran parte de la noche me la pase riendo como nunca.

La idea principal de esto, es que los libros me traen recuerdos, si bien, no tanto del libro como tal, pero si de la situación en la que me lo regalaron o me lo “adquirí”.

Hace no mucho, decidí, comprar mi típica revista mensual y al cruzar la calle fui a Gandhi y adquirí unos libros, entre ellos, uno que actualmente esta en mi cabecera y es del mismo autor de los pasos de Lopez, y se llama, manual para vivir en México. Cabe señalar que es bueno y bastante entretenido y que entre risas y reflexiones se vuelve de mis favoritos.

El libro es una serie de artículos, que el señor este, escribió en vida y que es una forma de cómo se vive la historia en México y mas que una crítica destructiva es más bien sardónica y se burla de lo actual con lo prehispánico y que actualmente sigue vigente.

Además de este libro, compré el de dos muertes (del mismo autor) y otro de robots (que? Tengo derecho a lectura geek y un poco de infantil, ya tuve suficiente de Borges y Dante). Estos libros son de los pocos que he comprado (entre regalos, intercambios y hurtadas) y no me quedan marcados por la situación de compra, sino mas bien, por la situación de lectura.

Ya les platicaré de mi afición por la ciencia ficción y de cómo un ciego (así es un ciego sudaca) me la inculcó.

Pa pronto, ahora, cada que veo las diéresis me trae a recuerdo muchas cosas, desde el libro que no desenvolví y de aquella tormentosa noche que pase con el cura periñón.

5 comentarios:

Gabrielle dijo...

Tu delito es robar libros... jamás te prestaré alguno. jajajajajajaaaaaaa!

Para mi el tener un libro implica mucho!!!!!

Es tan lindo leer y saber, aprender, conocer, reaprender.... es hermoso viaje, justo yo he posteado el día de hoy sobre otro muy buen escritor: José Emilio Pacheco... y tú mencionas a Jorge I., que para mí es excepcional.

Un beso Ferchini!

Indigente Iletrado dijo...

Siempre lo he creído así.

Robar libros no es un delito.


Para cuando llevaba una docenas de ellos adquiridos así me encontré con que mis maestros me recomiendan robar libros cada vez que pueda.

En la próxima FIL debo llegar hasta los veinte, al menos.

marichuy dijo...

Dicen que robar libros, en realidad sólo es un acto de expropiación.

Jorge Ibargüengoitia es genial, yo me divierto mucho con él, en especial con sus "Instrucciones para vivir en México"

Saludos

Nash dijo...

Jejeje, dicen que es tonto prestar un libro y más tonto el que lo regresa... yo soy de los dos tipos de tontos!!! jajaa, pq los regreso y los prestó.. aunq he perdido muchos así :( Lo que sí, es que de alguna forma u otra tengo libros que no recuerdo cómo es que llegaron a mí. Tengo unos viejititititos que ni idea de quién pertenecieron originalmente, y por eso hasta los veo como que de otra forma, no se explicarlo.

En fin, los libros son algo super importante en mi vida, y los que han sido regalados por ciertas personas bajo ciertas circunstancias, tienen un valor mucho más especial.

Aaaah, los libros!! :D:D:D

Anónimo dijo...

eeewwww!!!! cuando mencionaste EL PROCESO de KAFKA se me hicieron chinos los lacios y lacios los chinos jaja!! ... que locura de libros!!! yo los leí por obra y gracia del espiritu santo en mis años mozos de la secundaria....todo menos Kafka! (aunque pensandolo bien...quizas deba ponerle mayor atención y pueda ser que le encuentre el chiste como me pasa con otras cosas -que no vienen al caso-)...en fin...el punto es que-...sí!!!!...leer es bellisimos!!!...y robar libros mucho mejor (aunque admito ser una cobarde..alma de cucaracha que al final se arrepiente y termino por devolverlos)... Ultimamente me ha dado por leer libros de metafísica y aunque no soy muy crédula en esos asuntos, me da ilusión creer que las cosas que presumen, pudieran ser reales.

p.d. "...no es delito robar libros ni pan, a menos que los selecciones" jaja me encantó!